lunes, 26 de octubre de 2009

Viaje y llegada.

Sobre el viaje no mucho que reseñar, retraso en Barajas, y llegada a un Charles de Gaulle casi desierto, no había un alma por los pasillos de la terminal 2. Muy bonita por cierto, me gustaron mucho los pasillos de hormigón perforado que miran hacia las vistas. Ya frente a la puerta de embarque había algo de gente, blancos y negros en la misma proporción, era un avión grande, e iba más o menos completo.

Ya llegando a Burkina, lo que más me sorprendió fue la oscuridad casi total según sobrevolábamos África. Incluso al acercarnos a Ouagadougou (Ouaga a partir de ahora, que es como la llaman aquí) sólo se veían alguna leve luces amarillentas. Estando en el avión pensé que eran hogueras aunque ya en tierra creo que deberían ser luces de bombilla, las cosas no están tan atrasadas aquí como en un principio pensaba. El aeropuerto está casi en mitad de la ciudad, así que según tomamos tierra, si que empecé a distinguir algunas avenidas iluminadas.

El aeropuerto es la pista y un edificio del tamaño de una estación de autobuses; no la estación sur de Madrid, sino poco más grande que la de Consuegra. Un jaleo horrible para entrar, todo el mundo amontonándose en el mostrador de Visados y luego en el control de policía. Una vez que pasas el control, la cinta de las maletas, cosa un poco rara, y luego otro control antes de la puerta de salida, pero ese ya más abierto, una especie de control de aduanas.

1 comentario:

  1. dios mío, te has trabado en un bucle!!!! El día de la marmota!!! Vuelve luis!!!

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